Así se vivió la Jornada de la Vida Consagrada en Alajuela
- confrecorcr
- 7 feb
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PEREGRINOS DE LA ESPERANZA POR EL CAMINO DE LA PAZ Y LA RECONCILIACION
En la mañana del Domingo 2 de febrero iluminados por los rayos del sol y unas ráfagas de viento que soplaban a nuestro alrededor, la Vida Consagrada de la Diócesis de Alajuela, se dio cita en el atrio del Santuario Nuestro Señor de Esquipulas(Iglesia La Agonía) en la ciudad de Alajuela, para celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

Entre abrazos, sonrisas, muestras de agradecimiento y felicitaciones, alrededor de unos 35 consagrados y consagradas nos reunimos para celebrar y agradecer a Dios por nuestra Vocación. Dimos inicio con una peregrinación que la encabezaba una colorida lona con el lema “Peregrinos de Esperanza por el camino de la Paz y la reconciliación” desde el Santuario hacia la Iglesia Catedral. En el trayecto se entonaron cánticos, oraciones y reflexiones propias de cada uno de los carismas por parte de sus miembros.
Llegados a la Catedral con mucha alegría y júbilo los fieles de la comunidad ahí reunida, se nos unieron en la puerta de entrada para la bendición de candelas y luego, proseguimos con la procesión hacia el altar.

Monseñor Bartolomé Buigues, Obispo de la Diócesis, presidió la Celebración de la Eucaristía. Concelebraron Fray Grevin Sierra y Fray Juan Pagoada OFM CONV y compartieron el ministerio de acolitado tres seminaristas de la Diócesis.
Mons. Bartolomé, agradeció a la Vida Consagrada por todo el testimonio y el servicio pastoral- misionero en la Diócesis y la exhortó a vivir con un espíritu de alegría y jubilo su consagración, siendo signos de esperanza y portadores de la paz y reconciliación desde los ambientes y lugares donde se realiza la misión y pastoral de cada consagrado y consagrada.
Después de la profesión de fe en la Eucaristía, renovamos nuestra consagración, acompañados de una candela encendida entre las manos, con la oración y el cariño de los fieles que estuvieron atentos a escuchar nuestra renovación.

Concluida la Eucaristía, nos trasladamos a las instalaciones del Centro parroquial, donde nos esperaban unos suculentos y sustanciosos manjares. Después, disfrutamos de un momento ameno de recreación con un “bingo religioso”. Nos reímos, gritamos, compartimos emociones, sentimientos, alegrías y muchos regalos muy bonitos.
Nos despedimos solicitando la bendición de Mons. Bartolomé, con la alegría y la satisfacción de sentirnos agradecidos con Dios por la vocación de consagrados al servicio de nuestros hermanos, y comprometidos para continuar sembrando las semillas del Reino de Dios en esta amada Diócesis de Alajuela.
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Fr. Juan Alonzo Pagoada, OFM CONV.
Vicario para la Vida Consagrada.
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